En la
trasnochada
María Jesús
Mayoral Roche
MUJERES-C
Como febrero es el mes
del amor, ahí va esta Trasnochada. De paso, os agradecería que en lugar de
mandarme mensajes al correo, WhatsApp o Facebook, dejaseis vuestros comentarios
aquí abajo, donde pone comentarios, para dar más vidilla al blog.
Malos tiempos son
estos para el amor, más que nada porque el corazón no pinta nada y las cabezas están
más para allá que para acá. Pero hay mucho escrito, mucha literatura, mucha
música y mucho romanticismo; aunque a veces sea falso o edulcorado. De paso que
escribo sobre el amor y desamor, viene al caso dejar una clasificación de las
mías… Mujeres-C: castigadas, castigadoras y castradoras. Para animar el asunto
he elegido dos videos y a dos mujeres muy morenitas que cantan a un hombre de
manera muy diferente. Gloria Gaynor lo hace rogando, mal hecho: a un hombre
nunca hay que rogarle nada, ni siquiera que te deje en paz. Sobrevivirá, dice
la canción, y yo añado que lo hará con sufrimiento; le dice que se aleje de
ella después de la traición, pero lo dice con despecho. Mal, muy mal, no hay
que perder el tiempo con un traidor y menos darle explicaciones. Para estar a
la altura de una traición amarga, lo más conveniente es presentarle al
sustituto. Y es que una mujer castigada es una pena de mujer, aunque le pongas
música y ritmo discotequero. La historia que nos canta la Gaynor es la clásica
de una mujer destrozada por la traición de un hombre y en consecuencia con el
emocional roto. Una traición, un abandono, es algo frecuente en las relaciones
amorosas: tanto por parte de hombres como de mujeres. Una mujer despechada
llama al desamor, a las lágrimas y es difícil salir de esa dinámica, por no
decir imposible; y lo peor de todo es que el dolor se queda enquistado. El
remedio al sufrimiento es tener el emocional a prueba de bomba, tener el
subconsciente como una tabla. ¿Y cómo se consigue tener el emocional a prueba de
bomba…? Eso os lo dejo a vuestra
reflexión, a ver si dejáis algún comentario aquí abajo.
La canción de Tina Turner
me va más, este tipo de mujer me encanta. Ella canta a un hombre pidiendo,
exigiendo; ella es castigadora, desafiante, dándole alegría al asunto. Y además
no se conforma con poco, quiere lo más, lo mejor de un hombre. Y es que un
hombre en su valor más absoluto cuando ama no sólo te sorprende, sino que te
deja en fuera de juego a la primera de cambio. El hombre tipo al que le canta
Tina pertenece a esa especie, que sin ser un blando, está siempre dispuesto a
lo que haga falta porque tiene la capacidad y la necesidad de amar al extremo. A
este tipo de mujer exigente el emocional le funciona de manera bien distinta;
si un hombre no le da la talla se olvida de él sin sufrimiento porque no le
sirve, y lo que no sirve se aparta y se olvida sin problemas.
Quiero hacer aquí una
mención especial a un tipo de mujer que detesto y para la que ni siquiera he
buscado una canción. Me refiero a la mujer castradora, es ese tipo de mujer
asfixiante que suele poner al hombre contra la pared hasta humillarlo. También
debo decir que este tipo de mujer suele actuar así porque no se siente amada,
porque nunca se ha sentido deseada. Y una mujer que nunca se ha sentido amada
por un hombre… A ésta también le funciona el emocional de otra manera, digamos
que lo tiene discapacitado o se lo han incapacitado. Puedo encontrarle una
explicación y es que ella se sienta insatisfecha: bien porque sabe que jamás
será amada por el hombre de su vida o porque no consigue atraerlo hacia ella y
eso la deja frustrada. Este tipo de mujer es revanchista
y se resarce humillando.
Esta clasificación es
reversible, ahora tendría que hacer la de los Hombres C; pero lo dejaré para
otra ocasión, ahora no toca.
Como lo mio es la
literatura, debo decir que respecto al pasado las bellas historias de amor han
bajado su listón; en buena medida han
contribuido las redes sociales: ahora todo se comunica a través de las Redes,
tanto los amores como los desamores. Las redes sociales son un escaparate, que deja
al descubierto la vida, obra y milagros del personal. No hay misterio, no hay
secretos, se cuenta todo, se sabe todo y lo peor es que se tiende a la
zafiedad. El romanticismo prácticamente ha caducado, tan sólo quedan restos de
él en algunas películas y lo han edulcorado tanto que lo han reducido a
pasteladas americanas. En esto del amor y desamor todos/as podríamos escribir
nuestra historia o historias, lo importante es que sean buenas. Por mi parte,
me conformo con lo sublime.