POSTALES CON RECUERDOS
Por María Jesús Mayoral Roche
SABA
Estas ruinas desoladas de Bilquis con una carga histórica de 3500 años son los restos pétreos del Templo de la Luna. Quizá estos datos puedan decir muy poco; pero si digo que estamos en el antiguo Reino de Saba, esta legendaria referencia nos permite situarnos en el tiempo y en el lugar. En la actualidad este punto mágico y telúrico pertenece a la región de Mareb (Yemen); una región conflictiva con una tribu dominante que no duda en utilizar el secuestro para presionar al gobierno y conseguir sus objetivos, prebendas y mejoras para hacer su tribu más fuerte. A esas horas de mediodía cayendo un sol de justicia apenas se ve a nadie, salvo algún que otro grupo de turistas escoltados por guardias para hacer la visita; sin embargo estas columnas a otras horas y en otra estación del año resultan un gran divertimento para los niños, que trepan por ellas y saltan de una a otra con una agilidad endiablada. Ningún arqueólogo ha podido meter un pico para excavar en estas ruinas milenarias, de ello se encargan los yemeníes: los muertos no se tocan, no se les debe molestar. Y cuando algún entrometido ha osado poner el pie en estas ruinas no han dudado en responder con explosivos o disparos.
Hasta aquí lo real, lo que se ve. Pero en estos días previos a la Epifanía no me resisto a recordar y mencionar, que esta fue la tierra originaria de los Magos de Oriente, sabios dedicados a la astronomía y astrología; magos que no reyes. De aquí partieron guiados por una estrella para adorar al Niño Dios.
Isaías 60,5: “Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Medián y de Efá, vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor”.
Este Lugar inhóspito y desolado al que sólo le pone color el cielo, para los viejos espíritus errantes que disfrutamos caminando sobre milenios, acariciando piedras, escuchando la historia envuelta en el viento, es sin duda uno de esos lugares sublimes del planeta donde perderse.
Este Lugar inhóspito y desolado al que sólo le pone color el cielo, para los viejos espíritus errantes que disfrutamos caminando sobre milenios, acariciando piedras, escuchando la historia envuelta en el viento, es sin duda uno de esos lugares sublimes del planeta donde perderse.
Un lugar que parece que encierre importantes misterios...
ResponderEliminarSí, todo un enigma. Si lo yemeníes dejaran excavar en estas tierras, yo creo que tendríamos conocimiento de una parte de la historia desconocida, inédita. Es un lugar bíblico.
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