POSTALES CON RECUERDOS
Por María Jesús Mayoral Roche
Favignana
Desembarcamos en Favignana, la isla de las Egadas dedicada al atún; el día era claro y el mar de un azul intensísimo estaba en calma. En el mismo puerto, Elio se puso muy serio y convocó al grupo para contarnos la “tonnara” (pesca del atún rojo). Me gustaría relatarlo como lo hizo él, con esa carga sentimental y ancestral que ponen los sicilianos a la hora de hablar de sus tradiciones.
La palabra “mattanza” sólo es utilizada en italiano cuando se refiere a la “tonnara”, concretamente a la matanza del atún. La pesca del atún rojo en Sicilia es un rito sacro y presenciarlo debe ser tan imponente como cruel. En alta mar diferentes tipos de embarcaciones preparan una trampa, una especie de laberinto hecho con finas mallas por el que entran los atunes hasta llegar a la llamada sala de la muerte: un gran cuadrado forrado con redes donde arponean al atún. El Rais, palabra árabe con la que designan al que gobierna la pesca, cuando lo estima oportuno se quita la barretina y con un gesto ordena silencio. Los pescadores cesan los cánticos que acompañan al ritual, se miran entre ellos, callan y sólo se escuchan las olas batiendo las embarcaciones. En ese instante casi épico y silente, las barcas cercan la sala de la muerte aproximándose al palo de San Pedro: una cruz que porta El Rais; en ese momento éste entona una oración dejando todo en manos de Dios y la Naturaleza. El silencio vuelve a adueñarse del mar y del cielo en espera de que El Rais dé la señal de inicio: un silbido, un gesto y comienza la matanza de los atunes.
Escuchando a Elio, intento imaginarme ese momento silente, esa oración plañidera, la seriedad de los arponeros y la batalla campal entre los atunes saltando y retorciéndose mientras los atuneros clavan con fuerza el arpón una y otra vez; en cuestión de minutos ese mar plateado de espuma y escamas hierve en sangre. En medio de las aguas sanguinolentas El Rais emite un silbido y hace una señal con el brazo: la “mattanza del tonno” ha terminado. Este es el breve relato de un rito secular, semejante a un ritual de la antigüedad encabezado por un gran sacerdote.
Pienso que este ritual es una bella forma de respetar a los atunes. No se hace de cualquier forma.
ResponderEliminarGracias. Vlad
Ciertamente el relato que nos hizo Elio era sobrecogedor, la lucha, la Naturaleza, la supervivencia. Esta técnica de pesca está prácticamente en desuso y las tonnaras, las atuneras, están cerradas o reconvertidas para actos turísticos y culturales.
EliminarSaludos.
Me parece una matanza muy cruel y sangrienta, aunque sea un ritual y una tradición, no comparto este tipo de actos contra los animales.Aunque la has descrito tan bién que casi te metes en la postal.
ResponderEliminarSi es muy loable el intento de pescar preservando las especies. Pero en los túnidos es tal la concentración de Hg en sus organismos que la la organización de salud alimentaria ha objetado, seriamente, sobre su consumo. Pobres atunes y pobres hobres.
ResponderEliminar