viernes, 22 de febrero de 2013

MIÉRCOLES DE CINE

Por María Jesús Mayoral Roche




Género: Cine Negro
Director: Allen Hughes
Nacionalidad y año de producción:
EE.UU., 2013
Duración: 109 min.
Fecha de estreno: 15 / 02 / 2013.
Productora: 1984 Private Defense Contractors, Black Bear Pictures.
Guionista: Brian Tucker.
Fotografía. Ben Seresin.
Distribuidora: DeA Planeta.
Música: Atticus Ross, Leopold Ross.

El miércoles al cine. La Trama. Nada de particular, ningún ingrediente que añadir al cóctel poder y corrupción. No es un buen motivo, pero fui a ver esta película porque no me pierdo una de Russell Crowe, que como siempre borda su papel, esta vez se encarna en un alcalde corrupto. Otra que también sabe ocupar su puesto en la pantalla es Katherine Zeta-Jones, mujer con glamur sometida que intenta liberarse de un marido poderoso. La Trama no aporta nada nuevo al cine; excepto un elenco espectacular y las vistas de una Nueva York muy bonita, tanto de día como de noche. Pero esta recreación neoyorquina la hemos visto muchas veces en la gran pantalla y quizá hasta con mejores perfiles. Tampoco sorprende el desarrollo de los hechos, la corrupción es una red de la que nadie puede escapar y esto es lo que viene a demostrar, de principio a fin, La Trama. Por supuesto no faltan los personajes tipo del cine negro: policías corruptos, incorruptos, chica guapa, políticos débiles y políticos desaprensivos, empresarios, especulación, sexo... Y en este caso adquiere particular protagonismo un policía que pierde su condición para reconvertirse en detective. Un detective dedicado a las infidelidades conyugales.
Según transcurría la película recordé la vieja conversación que mantuve con una buena conversadora. Me acababa de leer un clásico indispensable y le pregunté: ¿Tú cómo prefieres los políticos, con debilidades o sin debilidades? Ella me respondió: Yo con debilidades. Me eché a reír y yo le contesté que los prefería sin debilidades. Quizá en el transcurso de esta película los espectadores puedan plantearse esta cuestión, que por cierto no es baladí. En este punto los dos candidatos a la alcaldía de Nueva York tienen dos naturalezas extremas además de ideologías políticas diferentes, y precisamente es con lo que me he quedado de la película.
El final de La Trama es un final abierto y descafeinado; estos finales van bien a las películas con sobresaltos, con cambios de guión inesperados, con sorpresas de última hora y sinceramente es una película no da para tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario