jueves, 13 de junio de 2013


MIÉRCOLES DE CINE
Por María Jesús Mayoral Roche

 

 
Género: Drama .
Director: Anaïs Barbeau-Lavalette
Intérpretes: Carlo Brandt, Hammoudeh Alkarmi, Sabrina Ouazani, Sivan Levy, Yousef Sweid y Zorah Benali.
Nacionalidad y año de producción: Canadá, 2012
Duración: 102 min.
Fecha de estreno: 07 / 06 / 2013.
Productora: micro_scope, ID Unlimited.
Guionista: Anaïs Barbeau-Lavalette.
Fotografía. Philippe Lavalette.
Distribuidora: Golem.
Música: Lévon Minassian.

    El miércoles al cine. Inch'Allah. La realidad cotidiana que se vive en Ramala sin poner ni quitar nada, quiero decir al margen de la política o la religión. Y es que el conflicto palestino-israelí es un problema de territorio, y para hacerse con el total control del mismo nada mejor que ahogar al enemigo en sus propias fronteras. Esto es así, es lo que está pasando en Ramala y lo ha sabido reflejar magníficamente la directora de la película, Anaïs Barbeau-Lavalette.
Quienes seguimos de cerca este conflicto y hemos acudido a algunas de las charlas que dan los cooperantes de Naciones Unidas, sabemos por lo que están pasando los palestinos en Ramala. Estos testimonios están exentos de cualquier predilección o tinte político, simplemente se limitan a exponer en qué condiciones tienen que trabajar los cooperantes; porque hasta para ellos resulta penoso entrar allí, dadas las trabas que les ponen. Está pasando lo que está pasando y occidente sólo se dedica flirtear, occidente conoce el sufrimiento de un pueblo y sólo sabe poner paños calientes. Esta actitud también queda reflejada en Inch'Allah. Y cuando digo pueblo me estoy refiriendo a su gente, no me estoy refiriendo a los gobernantes palestinos, que en buena medida han sido unos gobernantes corruptos y en otra han sido activistas, por llamarlo suavemente.
Inch'Allah es una película que no se recrea en el drama, en las muertes violentas; sino más bien expone el grado de impiedad que puede llegar a alcanzar el ser humano. Y es aquí donde los individuos se retratan. Por otra parte y esto me parece muy importante, la película da la clave y los motivos que impelen a la inmolación: nacer en Ramala es venir muerto al mundo. Y que conste que diciendo esto no estoy justificando la inmolación; pero viendo esta película el espectador sacará sus propias conclusiones. Y mientras unos viven diariamente en la miseria un drama, otros se aplican a estimularlo justificándose: es la guerra. Es la guerra y nadie cede, todo vale; y en ese todo vale crece el odio y se fortalece, haciendo que unos vivan en la miseria y los otros en el terror.
Inch'Allah expone, como ya he dicho antes, lo que está pasando en Ramala; pero además lo hace poniendo sonidos, pintando la miseria, describiendo la simplicidad de los que sólo pretenden sobrevivir y ni siquiera les dejan. Por todo esto Inch’Allah es una buena película, pero también podría servirnos como documental.

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