En la trasnochada
María
Jesús Mayoral Roche
Villamayor de Gállego,
19 de enero de 2015
"Es verdad que no se puede
reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el Papa aludió a uno de sus
colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi
mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!", aseguró.
"Toda religión tiene dignidad,
cualquiera que respete la vida y la persona, y yo no puedo burlarme de
ella", explicó el papa. "Puse este ejemplo (...) para decir que
en esto de la libertad de expresión hay límites, como con lo que dije de mi
mamá", dijo gráficamente el Papa a los corresponsales.
Lo cierto es que el
ejemplo que ha puesto el Papa es demasiado conceptual, quizá hubiese estado muy
bien en boca de un hombre honrado y sin estudios a principios del siglo pasado;
pero estamos en el siglo XXI, el que pone el ejemplo es el más alto
representante de la Iglesia Católica y el mundo entero necesita oír un mensaje
alentador, conciliador y acorde con el Mandamiento Nuevo.
Confieso que soy
creyente y católica, pero cada vez menos romana. A mí no me ofenden las viñetas
de Charlie Hebdo dedicadas a nuestra religión, ciertamente algunas son de muy
mal gusto; pero no me provocan, por supuesto tampoco me hacen gracia las
viñetas dedicadas a Mahoma. Me parece de mal gusto los que insultan y provocan
sin límites con intención de hacer reír a los demás: ridiculizar a cualquier
precio. Pese a todo: Je suis Charlie Hebdo y estoy a favor de la libertad de
expresión, faltaría más.
No, no me ofenden las
imágenes satíricas que ofrece Charlie Hebdo en su revista, no me ofenden porque
lejos de ofenderme me dan pena. Siento pena por aquellos que para hacer reír,
para vender ejemplares necesitan ridiculizar la fe de otros, las creencias de
otros, los principios de otros. Me dan pena porque el ingenio se les ha quedado
corto, porque se les ha acabado la creatividad. Me gusta la sátira, la
socarronería; pero con gracia, con elegancia, con sutileza. Bien es cierto que
es mi opinión y que a otros les encanta la zafiedad, lo vulgar y que sobre
gustos no hay nada escrito.
El pasado ocho de
enero, al día siguiente de la matanza en la redacción de Charlie Hebdo, se leyó
un manifiesto frente al Institut Français, yo estuve presente. Pude ver cómo a
algunos franceses se les arrasaban los ojos. Mirando a mi alrededor, me
sorprendió coincidir con esa gente que también acudía a las manifestaciones pro-Palestina
que se hicieron en la época aciaga Sharon-Bush. Al menos algunos tenemos claro
que el terrorismo es sólo terrorismo y lo condenamos. Los terroristas, gente dispuesta a matar y a morir: gente sin
cerebro mandada por poderosos para que defiendan sus intereses. Matan, se
inmolan amparándose en la fe, en el nacionalismo; mientras, sus líderes
corruptos disfrutan de la vida y tienen a cubierto sus intereses.
Nos está tocando vivir
en una época convulsa, llena de cambios; cambios que van tan rápidos que ni
siquiera podemos asimilar, no somos capaces de asimilar. La ciencia va por
delante de las leyes y cuando toca interpretarlas: unos se venden a la política
y otros a sus creencias. Antes había una rama de la Filosofía llamada Ética,
pero actualmente prefieren prescindir de ella. Y creo que sería conveniente
volver a ella, tomarla como referente de vez en cuando, sobre todo los
profesionales que mueven el mundo: periodistas, jueces, científicos, militares…
y hasta las más altas autoridades eclesiásticas.
Su Santidad debe padecer el mal de las alturas, cada vez que se sube a un avión hace cada comentario... Está mañana la ha tomado con el número de hijos.
ResponderEliminarPACA PALLÁ
Yo también estoy totalmente a favor de la libertad de expresión, pero sin herir a nadie. A diario nos pueden decir cosas que nos molestan incluso nos enfurecen; pero por ese motivo no vamos a utilizar la violencia para defendernos, en cualquier caso creo que lo mejor es ignorar a esa gente que nos pueda herir,eso sí, ignorarla hasta cierto punto...
ResponderEliminarPaca en que mundo vivimos, que su santidad haga ese tipo de comentarios es incongruente; pero...eso es la libertad de expresión.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, prácticamente, en todo lo que comentas. En cuanto a intentar ser gracioso a cuenta de ridiculizar a otro ser humano o divino, me parece de mente pobre de ideas y de mal gusto, también en el humor existe la elegancia y el saber estar. Con esto no quiero decir que justifique, por supuesto, que algún descerebrado mate a nadie por este motivo, eso no admite justificación.
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