viernes, 2 de noviembre de 2012


En la Trasnochada

Por María Jesús Mayoral Roche

En Villamayor de Gállego, 2 de noviembre de 2012


DE LOS VIVOS Y DE LOS MUERTOS

Cementerio de Santa Úrsula (Palermo)

En esta trasnochada quiero tener un recuerdo para todos aquellos que nos dejaron en este año. Me estoy acordando de mi amiga Feli, una gran amiga y una entusiasta de mis crónicas y trasnochadas, siempre dejaba su puntual comentario y ahora se echan de menos. Se fue en poco tiempo, sin apenas darnos cuenta de que se iba; pero nos dejó a todos la satisfacción de haber contado con una amiga, una buena amiga. Quizá sea por eso que todavía la sintamos entre nosotros. Pero me estoy poniendo triste y no quiero llorar porque a ella no le gustaba y voy a contar una historia de esas que tanta gracia le hacían a ella.
En nuestra cultura entendemos la muerte en el sentido más trágico; pero en algunos rincones meridionales la entienden a su manera. A finales de octubre las pastelerías sicilianas se visten de fiesta y de color: postres y muñecos de azúcar marcan la festividad de todos los santos. Y es que la tradición manda y los muertos vuelven con dulces y juguetes para los niños. Los padres preparan un cesto con los dulces típicos de la festividad y esconden los juguetes en los lugares más insospechados de la habitación. Al día siguiente, cuando se levantan los niños deben recitar la súplica:
 Armi santi, armi santi,
Iu sugnu unu e vùatri síti tanti:
mentri sugnu ‘ntra stu munnu di guai
Cosi di morti mittitimìnni assai.
Y a continuación se inicia la caza del tesoro, una vez hallados los dulces y los juguetes se va al cementerio a llevar flores y a encender una lamparilla, sin apenas llanto. Los niños juegan entre las lápidas y tumbas y los mayores, de vez en cuando, dan un mordisco al muñeco de azúcar. Esta es la forma de celebrar el reencuentro con los muertos, como todos los años. Esto lo cuenta Elio Raisi en su blog. http://www.blogsicilia.eu/il-2-novembre-festa-dei-morti/ 
No deja de tener su gracia que los abuelos muertos traigan regalos a los niños. A mi profesora de italiano -cien por cien palermitana y a sus treinta y tantos años- su abuela muerta le sigue trayendo todos los años su regalo y por supuesto ningún año le falta el muñeco de azúcar.
Roberto Alajno, famoso periodista palermitano, dedica en su libro “Palermo è una Cipolla” un capítulo al asunto de los muertos que traen juguetes a los niños y lo titula: La muerte no es tan fea como la pintan. Alajno nos cuenta que Palermo tiene un tour obligado: el tour de los muertos. En este clásico recorrido están los lugares donde la mafia cometió sus crímenes y la visita a las Catacumbas de los Capuchinos, un corredor lleno de muertos vestidos y expuestos a la vista como si estuvieran en una tómbola. En este mismo capítulo y con la clásica ironía palermitana, Alajno nos cuenta cómo viven los niños la noche que va del 1 al 2 de noviembre. Al fin y al cabo, que los muertos traigan juguetes a los niños no deja de tener su guasa. Y el periodista con sutil ironía nos cuenta que los niños no consiguen dormirse y que se pasan la noche en vela pensando cómo serán estos famosos muertos. Preguntándose si serán como cuando estaban vivos, ¿si estarán pálidos?, ¿si tendrán la cabeza cubierta con una sábana? O tal vez serán muertos hiperrealistas. Los más antiguos probablemente sean ya esqueletos. Y después de estas hipótesis, expresa el miedo del niño después de que los padres le dan el beso de buenas noches y lo meten en la cama. Porque el niño está esperando al abuelo muerto con los juguetes y claro, espera un posible reencuentro y después de todo lo que el niño oye y percibe, el niño imagina al abuelo como un zombi o como una carcasa rellena de gusanos; pero al final el niño se conforta y se rinde al sueño porque el abuelo muerto vuelve para traerle juguetes. Se puede decir que la noche del 1 al 2 de noviembre es el equivalente a nuestra clásica noche de Reyes.

Y Alajno explica, que una vez pasado el duelo; un duelo de lo más estricto, aflora el humorismo y esta es una característica del pueblo siciliano: la curiosa relación que mantienen con la muerte. Cuando le cuento a mi madre estas costumbres, siempre me responde lo mismo: Esa gente se ríe de la muerte.

Y después de contar todo esto, recuerdo a Feli cuando le compraba chuches y cromos a su nieto del alma. Allá donde estés, querida amiga, recibe este humilde homenaje, unas líneas que se suman al recuerdo de todos los que te quisimos.

3 comentarios:

  1. La verdad yo también me he puesto triste, nunca llegué a conocer a Feli, pero el hecho de comentar siempre la crónica y la trasnochada creó un vinculo, y se hecha de menos.Seguro que hubiera apoyado esta nueva aventura tuya del blog. Pero hay que tirar p´alante y seguir escribiendo, a ella le gustara allá donde esté, seguro.
    A mi la festividad de Todos los Santos nunca me ha gustado, me entristece; pero es ahora viendo a la gente menuda disfrutar cuando le empiezo a ver un punto menos trágico, y es que los niños son el motor del mundo, la alegría de la casa...

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  2. Sinceramente echo mucho de menos a Feli, en el blog y el trabajo. Ha sido amiga y compañera de trabajo, es difícil encontrar en estos tiempos a mujeres como ella. He querio dejarle un pequeño recuerdo en el blog.

    A mí, que soy antiamericana, Halloween no me gusta; pero ver a los pequeñajos disfrazados para hacer miedo me hace mucha gracia.

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  3. Mi preciosa madre...
    Cuanto la echamos en falta...

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