miércoles, 6 de febrero de 2013


EN LA TRASNOCHADA
Por Maria Jesús Mayoral Roche

Caruso y Lucio Dalla

En Villamayor de Gállego, 6 febrero e 2013 
En esta trasnochada quiero contar una bonita y a la vez triste historia; tal vez algunos la conozcan ya, en cualquier caso la recordaremos de nuevo. La RAI es una cadena italiana de TV propensa a hacer series, por lo general basadas en biografías o novelas italianas. Previamente al estreno de dichas series, suele promocionarlas a través de alguno de sus programas en hora de máxima audiencia. En mi último viaje a Italia tuve ocasión de ver uno de esos programas dedicado, nada más y menos, que a Enrico Caruso. Actores, actrices y el director de la película hablaban de las dificultades del rodaje, y al tiempo que cambiaban impresiones sobre los personajes centrales iban intercalando las secuencias más interesantes de la serie. Los italianos cuando deciden llevar a la pantalla a uno de sus mitos lo hacen con especial mimo y esmero: en esta ocasión para encarnar la figura del gran tenor eligieron un cantante lírico. El presentador en este punto le preguntó sobre la dificultad de su papel, más, en un personaje de la talla de Caruso. El tenor respondió que no era un actor profesional, pero que la ayuda de sus compañeros había sido clave a la hora de hacer un trabajo que desconocía. Terminada la entrevista al protagonista, el presentador le pidió que se acercará al piano para interpretar una de las canciones que hicieron célebres al tenor napolitano. La  perfecta ejecución de la canción y la maravillosa voz del cantante caldeó el ambiente del plató. Y es que los italianos cuando escuchan ópera lo hacen con verdadera devoción. El broche final a este programa biográfico lo puso uno de los descendientes del gran Caruso, todo un testimonio. Y como en estos programas promocionales cabe todo y cuanto más italiano mejor, hablaron de la  celebérrima canción compuesta por Lucio Dalla, Caruso.
Lucio Dalla fue un cantautor italiano y rico comunista que amaba la buena vida; Dalla, en uno de estos trances carpe diem, se encontraba veraneando en la Costa Amalfitana cuando su barca se averió. Obligado a permanecer en Sorrento varios días, habló con su amigo Luca Fiorentino quien amablemente le abrió las puertas de la suite del Hotel Excelsior Vittoria para alojarse.En espera de que la barca fuera reparada, entre cena y cena, los empleados del hotel le contaron cómo fueron los últimos meses de vida de Caruso en la misma habitación donde él estaba hospeado. El gran tenor, gravemente enfermo de pleuritis, se había enamorado secretamente de una joven a la que le daba clase de canto. Un día su alumna le pidió que cantara y el gran tenor a duras penas le dedicó una canción. En la suite del hotel todavía se conservaban algunas fotografías y el piano del gran Caruso.
Conmovido por esta historia, Lucio Dalla, un espíritu diletante y sensible quiso rescatar esta emotiva historia para cantarla. Canción que se ha convertido en un rendido homenaje a Caruso. Es una canción nacida del corazón -decía el cantautor italiano.
No quiero romper el encanto de este relato; pero conociendo el temperamento pasional del napolitano, supongo que la historia de Caruso con la joven tiene más de leyenda que otra cosa. Añado esto porque hay muchas y contradictorias versiones sobre la enfermedad y muerte del cantante. Caruso había sido operado de pulmón, convaleciente en Sorrento y hospedado en el hotel Excelsior, se recuperaba de una grave enfermedad. Dando síntomas de mejoría, el gran tenor decidió traladarse a Nápoles donde tuvo una recaída muriendo días después, también en la habitación de un hotel. Achacan esta recaída a que el médico que le venía haciendo las curas diarias no era un buen especialista.
Lucio Dalla supo aprovechar para beneficio de todos la bella historia contada por los empleados del Hotel Excelsior en el marco incomparable de su estancia en Sorrento, quizá a la hora de escribir la letra lo tuviera fácil; pero lo que es indiscutible, y ahí es donde Dalla demuestra su gran sensibilidad, es en el tono y el timbre que alcanza la canción: un adiós triste a la vida cargado de sentimiento napolitano que se deja sentir.




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