miércoles, 10 de abril de 2013


LA LIBRERÍA FLACCOVIO CIERRA

María Jesús Mayoral Roche
 
Hace algo menos de un año que escribí lo siguiente:

Biografía editada por Flaccovio
Una de las cosas que suelen deleitarnos cuando nos enfrascamos en una buena lectura es el conocer o haber frecuentado los lugares y rincones donde se desarrolla la acción. Dejarse llevar por la fantasía no siempre es saludable y algunas lecturas no sólo tienen la facultad de evadirnos de la realidad, sino también la de aislarnos por completo del mundo. Confieso que yo soy de las que no oponen resistencia a la hora de dejarse atrapar por la fantasía. Uno de mis escritores preferidos es Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el célebre autor de “El Gatopardo”; pero no voy a hablar aquí de este escritor ni de su obra, sino de una de sus aficiones a la que yo me he sumado. El príncipe de Lampedusa era el clásico siciliano que después de haber conocido mundo pensaba, que siendo Sicilia un universo no había necesidad de salir de la isla, que con la rutina tenía suficiente. Este aristócrata -con mucho título y pocas liras en el bolsillo- se pasó la vida reclamando una herencia que nunca llegó a cobrar, encerrado en sus últimos años leyendo y escribiendo, sus salidas siempre fueron las mismas: el Círculo Bellini y el Café Mazzara. Pero su mayor afición y debilidad era acercarse todos los días hasta la Librería Flaccovio para dejarse los pocos cuartos que tenía. Tal era la penuria en la que se vio, que Lampedusa prefería alimentarse con la lectura engañando su estómago con un surtido de galletas y poco más. Los aristócratas son así.

En Palermo, Flaccovio es sinónimo de librería -así la definen sus dueños; librería que cuenta además con una excelente línea editorial volcada y especializada en temas y autores sicilianos. En estas fantasías mías de andar sobre las huellas de mis héroes literarios, me he apuntado a frecuentar esta librería en mis estancias palermitanas. Casi todas las tardes, después de tomarme el Campari soda acompañado del piano en el Café Spinnato, me paso por Flaccovio para hojear las novedades y avituallarme de libros para todo el año. Los dueños de la librería son libreros de verdad, de esos que saben y complacen siempre al cliente. Siendo así, no es extraño ni deja de ser curioso que esta librería familiar siga contando con una selecta clientela. En una de mis visitas, esperando para pagar, llegó un señor para recoger el paquete que había encargado la Marquesa de Tal. Estos detalles son los que me devuelven al mundo de la fantasía. {…}

 Ayer mi amiga Adriana me envió un WhatsApp con un recorte del periódico italiano La Stampa en el que anunciaba el cierre de mi libreria preferida, Flaccovio: se acabó, la crisis y las nuevas tecnologías están acabando con el glorioso romanticismo del papel. Si el papel desaparece, lógicamente, las librerías también. No haré la clásica defensa del papel: estamos ante un hecho consumado y el futuro de los lectores será un aparato más.
Biografía editada por Flaccovio
La noticia del cierre de Flaccovio no me ha sorprendido. El pasado mes de septiembre encontré la libreria un tanto cambiada: los estantes de libros estaban medio vacíos, la libreria estaba llena de niños con sus padres comprando los libros para el colegio y los dependientes desbordados: este caos vaticinaba cambios. Nunca había visto algo así en Flaccovio, librería que frecuento desde el 2005 en mis estancias palermitanas. Y aunque la noticia no me ha sorprendido, debo reconocer que me apena el cierre de esta histórica librería, que ni siquiera dejó de vender libros durante la Segunda Guerra Mundial. Y eso que Palermo fue bombardeada repetidamente; pero la gente iba a comprar, sonaban las alarmas, cubrían los libros con mantas y a correr. Todo con lo que no pudo una guerra lo está arrasando la crisis; aunque yo tampoco sé qué es peor, si la crisis o la globalización.
Novelas históricas de Luigi Natoli,
también editadas por Flaccovio.
Pero Flaccovio ha sido –ya se puede hablar en pasado- algo más que una libreria, ha sido una página memorable en la literatura siciliana. Si para Tomasi de Lampedusa era una visita obligada en sus paseos, para Leonardo Sciascia era un lugar de encuentro donde debatir apasionadamente y para Dacia Maraini un lugar maravilloso donde perderse a la salida del colegio. Flaccovio cierra y sus dueños no se han atrevido a anunciarlo, tampoco se atreven a pronunciar la palabra “fin”. En mi opinión se niegan a hablar de cierre, porque para ellos se trata más bien de una reestructuración del negocio; comprenden que los nuevos tiempos requieren nuevas miras en la edición y en la venta de libros. Los hermanos Flaccovio seguirán manteniendo su editorial, eso sí, mirando al futuro y de la mano de las nuevas tecnologías; afirman que seguirán haciendo cultura en Palermo y yo así lo espero.

1 comentario:

  1. Es una delicia leer estas lineas, te transportan ....
    Es una pena que se cierren las librerias, mas si como esta tiene una tradición y buen asesoramiento.
    Tienes muy descuidada a la baronesa. Era muy simpática.
    Espero leer pronto mas artículos suyos.
    Un cordial saludo.

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